sábado, 28 de febrero de 2015

Desarrollo Cultural desde la Escuela



Tratar el tema de Desarrollo Cultural implica per se estudiar las raíces de las tradiciones y festividades populares, propias de cada grupo cultural. Llevado al campo educativo, el Desarrollo Cultura encuentra el terreno fértil compuesto por elementos determinantes en la continuidad de las tradiciones culturales al encontrarse con niños y niñas ávidos de conocimiento y aprendizajes significativos, articulados al compromiso y responsabilidad de algún docente motivado y consciente de la importancia de inculcar valores humanos así como el desarrollo de un sentido de la identidad cultural. Bajo el impacto globalizador de las redes sociales y medios de comunicación cada día la identidad cultural de los pueblos se hace mucho más vulnerable ante un pobre interés de algunas instituciones por resguardar la seguridad cultural. De allí que tanto a docentes como a padres y representantes, al igual que el Estado se les debe mayor exigencia en poner atención a este respecto. De manera tal que el desarrollo cultural es un asunto de corresponsabilidad, que puede partir con bases más simentadas desde la escuela, a través de proyectos de aprendizajes que conscientemente cumplan el propósito de promover la cultura a través de la investigación y las artes. Lo cual no quiere decir que no se haga. En Venezuela el Estado cuenta con la plataforma legal a través de la Ley Orgánica de Educación para sustentar dicho interés . Sin embargo y aun cuando la estructura curricular del sistema educativo contemple la importancia de una educación basada en valores culturales, debe ser iniciativa del docente la estrategia más atractiva que permita que el educando cuente con la posibilidad de encontrarse con sus ancestros y conocerse a sí mismo a través del desarrollo cultural de infinitas propuestas. En consecuencia, es la base firme de una formación cultural consolidada lo que creará en el ciudadano universal de un mañana cada vez más cercano la posibilidad de convivir en un mundo cada vez más globalizado sin que ello afecte o distorsione su identidad cultural. Si en los hogares o en otras instituciones relacionadas a la formación del niño o niña no se preocupan en ello, debe entonces la escuela ser garante de tal misión, no con ello excluir a los padres y representantes de dicha obligación moral y patriótica.